NO TE RINDAS NUNCA.

No te rindas nunca. Nunca. No lo hagas.

Todos podemos exprimirnos una gota mas del zumo de nuestra persona, vida y circunstancias. Dar un paso mas adelante y hacia arriba en la montaña de la vida. Un intento mas. Podemos sudar una gota mas en la frente aun estando frente a circunstancias MUY adversas en un triatlón aparentemente sin meta ni llegada.

Y si no lo hacemos nosotros, la vida ya se encargara de FORZARNOS y EMPUJARNOS a ir MAS ALLA. A obligarnos a seguir nadando en esta macro piscina que es nuestra vida, en donde cuando la vida nos lleva al fondo de ella, debemos NADAR y si no tenemos las herramientas suficientes para nadar, debemos de intentarlo, porque sino, la otra alternativa seria hundirnos e incluso quedarnos succionados por la depuradora. En la vida como en la piscina o una playa, hay momentos de felicidad, de flotabilidad, de diversión… pero a veces, y de diversas formas, en la playa puede ondear una bandera roja, resultado de un gran oleaje, y condiciones adversas para el baño y disfrute.

Si te pilla dentro del mar, ¿Que vas a hacer? Hay varias opciones. En primer lugar, asegúrate de saber nadar antes de meterte en aguas turbias. Si las turbulencias han llegado sin tu haberte subido a un avión, es cuando la vida te pondrá en una situación difícil, nueva, fuera de tu zona de confort, te retara, te agitará de pies a cabeza, te pondrá boca abajo, te lloverá, granizará, te helará y el frío sera tan intenso que quizás te queme incluso, pero… lo que la vida no nos cuenta, es que en esas turbulencias, en esas mareas, esas banderas rojas, en esas altitudes de la montaña, es cuando puede y DEBE salir LO MEJOR de nosotros y nuestro instinto de supervivencia, superación, lucha, esfuerzo, incluso de cambios, importantes cambios y también de solicitud de ayuda a los demás y en definitiva debe salir TU “NO TE RINDAS NUNCA“.

Porque en un futuro seguramente podrás salir de esa playa, avión, piscina, montaña, o triatlón, sin bañador, temblando, congelado, derrotado, sin sonrisa, rasgado por mil partes, habiendo sido picado por medusas, pulpos y hasta mordido por un tiburón, sin tus maletas y con peso perdido y ganado, sorprendido por las decepciones de algunos de los bañistas, tripulantes o senderistas que se escusaron y ni te ayudaron y desde luego seguramente cambiado de por vida. Pero habiendo aprendido una o varias importantes lecciones y con la orilla a tus pies para reconstruirte, descongelarte, vestirte, beber agua y comer, cambiar tristeza o incomprensión por esperanza y así sacar positividad y consturctividad mediante muchas formas y acciones desde tu nuevo YO.

Escribo estas palabras desde el respeto, la humildad, un sentido de la responsabilidad con los lectores de ellas y ante todo desde mi humilde experiencia. Yo con mas de 25 años y algo de experiencias y mundo recorrido, creía que ya era adulto, que había sufrido suficiente (y había sufrido), que había vivido muchas cosas en la vida, aprendido de ella, etc… Pero no ha sido hasta ahora, cuando tras haber pasado y estar poco a poco superando esta situación familiar  y como consecuencia también personal, me he dado cuenta, que sabía mucho menos sobre la vida, el sufrimiento, y tantas circunstancias, desgracias y adversidades que la vida puede traernos de lo que pensaba. Y todo ello, a pesar de ser una persona concienciada con la sociedad y las diversas realidades y entornos.

Estas palabras, no son fáciles de escuchar y aceptar si estas hundido en un gran pozo o en medio de un vuelo complicado, a la cola del triatlón o en una playa con bandera roja. Lo se. Si las circunstancias que te rodean son desfavorables o muy desfavorables. Si estas sumergido en una gran enfermedad o situación muy complicada. Y para mi tampoco lo fueron meses atrás. Pero creo que es mi obligación, decir y contar que a veces, se puede salir adelante por muy negro y oscuro que sea el pozo. Por mucha oscuridad y dolor que estés padeciendo. A veces, y en MUCHAS ocasiones, ese pozo es una extraña, poco simpática pero VALIOSA forma de la vida, de advertirnos sobre el regalo tan maravilloso e increíble y espectacular que tenemos y lo afortunados que somos, eramos y seremos por poder vivir, tener salud, familia, amigos, trabajo, derechos, paz, calidad de vida, y sobre todo, ese «extraño regalo» (si tiene posible mejoría), es para decirnos NO TE RINDAS NUNCA, por que tras la tormenta, llegara la calma, y con ella, la oportunidad para volver a reír, soñar, disfrutar, cambiar el mundo, crear, ayudar, regalar y en definitiva, VIVIR , porque algunas personas desgraciada e injustamente ante su situación, no tendrán esa oportunidad pero otras si.

Por todo ello, sube un escalón mas de la montaña. Nada un poco mas en esa playa revuelta y con bandera roja, algún día sera bandera amarilla e incluso verde. Abróchate mas fuerte el cinturón ante las turbulencias del avión, las estadísticas afirman que casi seguro aterrizaras a salvo. Sigue corriendo por que solo así podrás adelantar al resto. Y no dejes de moverte si el frío de las circunstancias te está quemando. Por que si lo haces, quizás y posiblemente, habrá valido mucho la pena NO HABERTE RENDIDO NUNCA.

(Dedicado a todas las personas que LUCHAN y NO SE RINDEN NUNCA, a las personas, amigos y conocidos, que junto a mi mismo y mi esfuerzo y lucha personal, me han ayudado y ayudan y me dan motivos y razones para no rendirme nunca, pero también a las que por alguna razón se rindieron, ellas merecen todo el respeto, comprensión y recordatorio, puesto que no siempre se puede o se consigue seguir adelante y llegar a la orilla de la playa o la cima de la montaña).

-HD-

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